Jugar a ponerse ropa de los padres, maquillarse, ser un personaje de una historia o ser simplemente otro, es algo necesario en la vida de los niños. Disfrazarse contribuye al desarrollo, permite que los pequeños den rienda suelta a la imaginación y a su espontaneidad. También es una manera de que los niños y niñas aprendan a ponerse en el lugar de los otros, lo que contribuye a que se integren mejor con el mundo que los rodea. ¿Y tú, recuerdas de que te disfrazabas cuando eras pequeño, cuándo fue la última vez que te disfrazaste con tus hijos?
¡Los niños son nuestra razón de ser!
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